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AstaCP Sep 06, 2021

Érase una vez: Cuando Mike Sexton abandonó la mesa

Isabelle Mercier dedica este Érase una vez a una leyenda del poker que falleció en septiembre de 2020. Mike Sexton fue uno de los mejores jugadores y comentaristas de póker que ha visto el juego e Isabelle tiene algunas historias que compartir sobre él. Hace exactamente un año, el mundo del póquer perdió a una Érase una vez: Cuando Mike Sexton abandonó la mesa

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Isabelle Mercier dedica este Érase una vez a una leyenda del poker que falleció en septiembre de 2020. Mike Sexton fue uno de los mejores jugadores y comentaristas de póker que ha visto el juego e Isabelle tiene algunas historias que compartir sobre él.

Hace exactamente un año, el mundo del póquer perdió a una leyenda. El gran Mike Sexton había abandonado la mesa, dejando tras de sí un asiento muy vacío.

Los aficionados al póquer más jóvenes que no le conozcan quizá tengan que buscar su nombre en Google. Los más veteranos, de los que formo parte, comparten un montón de recuerdos e imágenes de palos de póquer vinculados directa o indirectamente al que fue, durante varias décadas, el mejor comentarista de póquer del mundo.

Mike fue también el embajador más amistoso que ha tenido este juego.

Durante mi carrera, he tenido el privilegio de trabajar con él en varias ocasiones y apreciar su calidad humana.

Es costumbre colmar de elogios a los difuntos, declararlos santos aunque no tuvieran sobre sus cabezas ni siquiera el principio de un halo.

Aún así, en lo que respecta a Mike, no es necesario patinar su imagen con miel porque era realmente una buena persona y como me gusta decir «un auténtico simpático», benévolo, siendo siempre amable y sonriente con todo el mundo. Su pasión por el póquer le siguió hasta el final.

Isabelle and Mike Sexton

Un jugador de póquer hasta el final

Aunque Mike admiraba el talento de los otros jugadores cuyas jugadas comentaba durante todo el año, él también era un jugador experimentado y siguió siéndolo hasta el final.

Su victoria hace sólo cinco años en el WPT de Montreal ilustra a la perfección su inquebrantable pasión por el póquer.

Obviamente, yo no conocía a Mike en 1981, el año en que consiguió su primera fila en HendonMob al quedar tercero en el Amarillo Slim’s Superbowl of Poker de Las Vegas. No sé si ya tenía esa llama en lo más profundo de sus ojos, pero me atrevo a creer que sí.

Cuando conocí a Mike

Cuando le conocí, fue en el ACF de los Campos Elíseos. Enseguida me impresionó la sencillez de este americano tan gracioso, por el que recuerdo haber enviado a un aparcacoches a la tienda de comestibles en la parada de la cena para que le comprara ketchup.

En el club aún no estábamos equipados para recibir a americanos que querían ketchup con sus patatas fritas ¡jol! Mike le había dado generosamente una propina de 200 dólares.

También recuerdo las innumerables cenas que pasé con él y con mi «capitán» de entonces, Bruno Fitoussi. Tantos buenos momentos para hablar de póquer, comentar las jugadas y el estilo atípico de todos estos nuevos jugadores en línea que llegaban entonces al circuito y que jugaban como nadie en aquella época.

Me pasé horas escuchando las historias de póquer de Mike Sexton y ¡bien sabe Dios que las contaba bien! No tenía ni idea de que unos años más tarde sería él quien me daría mi nombre de póquer y me convertiría en «No Mercy Mercier» tras mi victoria en la «Ladies Night Out» del WPT de 2004.

Mike Sexton and Isabelle Mercier

Por qué Mike Sexton era único

Lo que infunde respeto de Mike Sexton es la huella que ha dejado en el mundo del póquer a lo largo de los años. Ciertamente no fue un jugador que revolucionara el juego per se, no era temido en las mesas como pueden serlo los Hellmuth, Hansen o Antonius de este mundo, pero también tenía su lugar en la mesa.

Hall of Fame como eran, tanto su pasión era pura y comunicativa. Le debemos mucho a Mike, que se ha pasado la vida haciendo que la gente ame el póquer, haciéndolo accesible al mayor número de personas posible democratizándolo y haciéndolo emocionante en cuanto se ponía detrás de un micrófono.

La posteridad en el póquer no se limita a la lista de todos los tiempos, al número de millones que hemos ganado en nuestra carrera, de brazaletes o anillos que hemos tenido la oportunidad de ganar, o al número de títulos de «Jugador del año» que hemos conseguido.

Es algo menos tangible. Una imagen que dejamos, una impresión, recuerdos que transmitimos a las generaciones más jóvenes que en algún momento estuvieron frente a su televisor o su ordenador viendo una Mesa Final comentada por Mike y que se dijeron en ese momento: «Eso es lo que quiero hacer más adelante, ser jugador de póquer».

No hay más que ver la avalancha de mensajes positivos que recibió Mike cuando falleció para darse cuenta de que había tocado a varias generaciones y, sin duda, inspirado a decenas de jugadores a sumergirse de lleno en el póquer, incluso a hacer de ello una profesión en ocasiones.

Reflexiones finales

Este poder de transmitir el amor por el juego vale más que mil líneas de HendonMob y docenas de brazaletes de las WSOP.

Hemos perdido al mayor amante del poker del mundo, pero me consuela pensar que las partidas con DevilFish, Stu Ungar, Gavin Smith, Chip Reese, Amir Vahedi y otros van a ser mucho más divertidas con Mike en la mesa. ¡GL amigo!

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Isabelle «No Mercy» Mercier

Ganadora del WPT

AstaCP